La inversión cae tres puntos desde el Covid pese al optimismo de la Moncloa

Es el único componente del PIB que aún no se ha recuperado del desplome de la pandemia

El Ejecutivo defiende que a los empresarios «nunca les ha ido tan bien» como con este Gobierno

La atracción de dinero inversor extranjero extranjera cae un 26% en el primer semestre

La economía española se ha recuperado del desplome de la pandemia, pero sólo parcialmente. El consumo privado ha sido el último componente del Producto Interior Bruto (PIB) en superar el nivel previo al Covid. Sin embargo, la inversión productiva de las empresas que mide el indicador de la formación bruta de capital fijo aún está tres puntos por debajo del registro del cuarto trimestre de 2019. La evolución de este indicador sirve de contraste con las perspectivas que traslada el Gobierno, que defiende la atracción de dinero extranjero y el clima favorable para el empresariado español.

«Existe una muy fuerte confianza de los inversores y los mercados hacia el Estado español. Además, grandes proyectos de inversión puestos en marcha», dijo la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. Nada más lejos de la realidad, la evolución de la inversión productiva pone en relieve que la recuperación de este factor está siendo incompleta e inestable.

La Contabilidad Nacional del tercer trimestre muestra que la formación bruta de capital fijo ha vuelto a descender 0,4 puntos en su tasa intertrimestral. Este indicador, además, es importante debido a su peso sobre el conjunto de la economía: la inversión supone, aproximadamente, el 20% del PIB.

Frente a la perspectiva de Calviño desde Moncloa de que a las empresas españolas «nunca les han ido tan bien como con este Gobierno», el empresariado ofrece una visión diferente. Las previsiones de la patronal CEOE apuntan a un modesto comportamiento de la inversión productiva del 1,2% este año y del 2% el próximo ejercicio.

«La inversión empresarial va más retrasada por su relación con las pérdidas. Pese a la normalización de los beneficios durante 2022, aún pesa sobre los balances. El retraso en la inversión se explica en un escenario de fuerte retroceso de la recuperación de los beneficios», explica a este medio el director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Gregorio Izquierdo.

Precisamente otro indicador que mide el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la Contabilidad Nacional es el símil a los beneficios: el excedente bruto de explotación. En el transcurso del presente ejercicio este indicador muestra un balance negativo de 4,3 puntos respecto al dato cosechado en el último trimestre del pasado curso.

Un entorno económico que genera a las empresas una menor capacidad para obtener márgenes, sumado al endurecimiento de las condiciones para obtener créditos, supone un clima de menor inversión.

La atracción de dinero inversor extranjero también es una cuenta pendiente. La inversión extranjera productiva en España durante el primer semestre -últimos datos actualizados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo- alcanzó los 11.996 millones de en términos brutos, reduciéndose un 26,6% respecto al mismo periodo del año anterior, y 8.196 millones en términos netos, una reducción similar (del -26,8%, en concreto). Estos importes mencionados se sitúan, sin embargo, en la media del quinquenio para el caso de la inversión bruta y un 7,6% por encima de dicha media para el caso de la inversión neta.

Las perspectivas de mejora de la inversión, en un contexto de elevada incertidumbre y endurecimiento de las condiciones de financiación, descansan «de manera crucial» en el supuesto de un paulatino despliegue del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, «que de momento se percibe claramente en las licitaciones de obra pública y que compensaría el menor avance de la inversión residencial y de la inversión de las empresas asociado a la persistencia de niveles de incertidumbre elevados y al incremento de los costes de financiación», destacaba la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) en su informe presupuestario presentado la pasada semana.

Desconfianza empresarial

«El contexto económico y geopolítico hace aflorar un sentimiento de aversión al riesgo y empeoramiento de la confianza de los empresarios, que se puede reflejar todavía más en la inversión», rezaba el último informe de CEOE, publicado antes de conocer el acuerdo entre el PSOE y Sumar para renovar el gobierno progresista. Este pacto propone convertir en permanentes los impuestazos sobre energéticas y banca, mientras la postura empresarial ve con reticencia la estrategia del futuro Gobierno.

La inseguridad jurídica que rodea al contenido de este pacto político ya provocó el alzamiento de grandes empresas de este país. Repsol aseguró que el binomio Sánchez-Díaz «castiga a las empresas que, como Repsol, invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética del país. En cambio, favorece a los importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España. En consecuencia, la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal del país podría condicionar los futuros proyectos industriales de la petrolera en España».

EL ECONOMISTA – 31 de octubre 2023