Empresas de infraestructuras como ACS, Seat o Grupo Cosentino han duplicado las exportaciones españolas hasta los 2.170 millones de euros en 2022
La ofensiva sorpresa del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) lanzada el pasado sábado desde la Franja de Gaza ha puesto en alerta a las empresas españolas con presencia en Israel. Compañías como Comsa, CAF, ACS o Sacyr mantienen su actividad en el país desde hace años por su apuesta por las infraestructuras y el transporte, pero también hay otras más discretas, como Grupo Cosentino. Si el conflicto se recrudece, podría poner en riesgo un intercambio comercial entre España e Israel valorado en 3.222 millones de euros, según los datos recogidos por el Icex. Un total de 2.558 empresas españolas exportan actualmente a Israel, mientras que España importa productos de 907 compañías israelíes, según los últimos datos de 2021.
Las exportaciones españolas viven un momento dulce gracias al auge de las constructoras en Israel. El país es el segundo mayor mercado para España en Oriente Medio, solo superado por Arabia Saudí por muy poco e incluso por delante de otros Estados de la región, como Emiratos Árabes Unidos o Qatar. Gracias a la mayor presencia de las constructoras, las exportaciones españolas se han más que duplicado en la última década. Los bienes españoles transportados a Israel alcanzaron el año pasado la cifra récord de 2.170 millones de euros, mientras que las importaciones ascendieron a 1.052 millones, según las estadísticas de comercio exterior publicadas por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. España obtuvo un saldo positivo de 1.117 millones de euros, con una tasa de cobertura (cociente entre exportaciones e importaciones) del 206,2%.
Los automóviles son el producto español más importado desde Israel (17%), seguido de productos cerámicos (9,34%), maquinaria (6,83%) y prendas de vestir (6%). A su vez, exportan principalmente maquinaria y aparatos mecánicos (11,96%), plásticos (11,8%), productos químicos (11,73%), aparatos y material eléctrico (10,2%) y material óptico y médico (8,12%). La inversión española en Israel se disparó de los 4 millones registrados en 2021 a 15 millones en 2022, mientras que la israelí decreció desde los 33 millones hasta los 20 millones en 2022.
Del mármol a la automoción
Más allá de la construcción, existen empresas españolas de todo tipo que hacen negocio en Israel. Grupo Cosentino reforzó su presencia en el país en 2017 con la apertura de un segundo centro logístico. La firma se instaló en 2015 a partir de la construcción de una planta en Petah Tikva (Tel Aviv), y dos años más tarde, se extendió a Cesarea. Otra compañía, esta vez del sector de las consultoras, es Inspiralia. En 2017 anunció una participación mayoritaria en una ronda de financiación valorada en 2,5 millones de dólares para la empresa israelí especializada en nanotecnología SP Nano ltd.
MAT Holding, un grupo familiar catalán especializado en sales de cobre para agricultura y valvulería hidráulica, mantiene una fuerte presencia en Israel desde hace años. Allí la familia Matosas mantiene abierta una de sus seis fábricas que está gestionada por su filial israelí Dorot, comprada en 2014 para seguir creciendo este país. Su peso es tan importante que representa cerca del 20% del total de ventas agregadas. El despacho de abogados Cremades & Calvo Sotelo se instaló en este país en 2011 a partir de sufusión con el bufete local Rosenberg, Keren-Polak, Epelman Advocates. Se convirtió en el primer bufete español en aterrizar en Oriente Medio al funcionar en un inicio en dos oficinas israelíes, Tel Aviv y Haifa.
En Israel también se encuentra Seat. La automovilística llevó a un acuerdo con su importador Champion Motors para crear en conjunto XPLORA, un equipo transversal de especialistas enfocado en la prospección de proyectos de innovación tecnológica alrededor del coche conectado con sede en Tel Aviv. Así, la firma buscaba beneficiarse del ecosistema de startups del país, no hay que olvidar que Tel Aviv ocupa el segundo lugar como centro tecnológico de empresas recién nacidas solo por detrás de Londres y por delante de París. Israel es el 11º mercado en volumen en vestas para el fabricante de coches.
Una empresa ligada históricamente a Israel es Grupo Excem, especializada en telecomunicaciones, defensa y seguridad. Mauricio Hatchwell Toledano fundó la firma en 1971 y ostentó el cargo de presidente de la Federación Sefardí. Su hijo, David Hatchwell, fue miembro fundador de la actual Cámara de Comercio España-Israel y es presidente de la socimi Excem Real Estate.
Constructoras españolas
Fruto del interés de Israel por optimizar sus infraestructuras, las constructoras españolas son muy demandadas en el país. La línea azul de tranvía que cruza la Ciudad Santa, conocida con el nombre de J-Train, es el último proyecto que ha atraído a las firmas españolas. En concreto, CAF, GMW, Typsa y Comsa son las empresas que se ocuparán de mantener la línea durante los próximos 35 años a partir de haber ganado un concurso valorado en 2.200 millones de euros.
El fabricante de trenes vasco CAF está en un segundo proyecto en Israel en consorcio con la constructora Saphir para desarrollar otra línea de tren ligero, ‘Purple Line’, esta vez en Tel Aviv. Al mismo tiempo, se encargará de las líneas verde y roja de Jerusalén. Comsa ha sido la última en llegar al país mediante la adjudicación el pasado mes de septiembre de la citada línea azul junto a la constructora israelí Denya Cebus y a la firma de transporte pública Dany.
El Ibex también está presente. OHLA ganó en 2003 la construcción y operación durante un cuarto de siglo de una desaladora en Israel a través de una filial de la que se desprendió una década más tarde. Más adelante, en 2009, Sacyr entró en el país a partir de la adjudicación del diseño y construcción de una planta desaladora ubicada en Ashdod por un importe de 300 millones de euros. La compañía se desprendió de estas instalaciones en 2015 y ya no cuenta con contratos en activo en este país.
El resto de las constructoras del selectivo español trabajaron puntualmente en un proyecto de Israel y abandonaron el país al vender su filial encargada. Es el caso de Ferrovial, que estuvo en Israel a través de la compañía especializada en servicios aeroportuarios Swissport, pero vendió esta filial en 2011. Por último, ACS se adjudicó en 2015 una de las obras de electrificación más grandes de Israel por un importe de 480 millones de euros a partir de su filial Cobra, vendida hace un año al grupo francés Vinci.
EL PERIÓDICO DE ESPAÑA – 10 de octubre 2023